Últimamente se prohiben cosas tan ridículas que uno no sabe si reir o llorar...Imaginaros si a los españoles nos prohibieran por ejemplo manotear en el aire para expresar nuestras ideas, una seña casi genética de nuestra identidad cultural...pues a los italianos les ha pasado una cosa parecida.
En la bota europea los hombretones se suelen tocar los huevos para desearse buena suerte. Somos muy parecidos los españoles, o al menos los asturianos, donde no es nada extraño animar a alguien con eso de "así, con un par de cojones" (aunque es cierto que nosotros por lo general no nos tocamos la entrepierna al expresar verbalmente la frase). Pues los italianos sí, se agarran sus partes y sin decir nada, dan a enteder, que adelante muchacho, buena suerte en la faena en cuestión.
Pues bien, un juez ha multado a un ciudadano por hacer uso de esta herencia cultural y ha calificado el gesto de ordinario y de mal gusto. Doscientos euros ha tenido que pagar el condenado, que se ha dado cuenta sin duda que tocárselos da suerte sólamente al prójimo. Me pregunto si ahora van a tener que apochinar todos los futbolistas que se las agarran descaradamente durante todo el partido, y no sólamente cuando meten el gol. Igual sí, y a esos por barba les debería caer por lo menos unos dos mil euros, no sólo porque cobran más sino porque además el gesto, retransmitido por televisiones varias, tiene más potencia de ofender.
Con estos jueces tan moralistas que nos están saliendo últimamente en Europa, vamos poco a poco perdiendo nuestras costumbres más ancestrales. Dentro de poco el corte de manga y el dedo índice (aunque en algunos países es el corazón) estarán en peligro de estinción o ante peligro de multa, mejor dicho.
No entiendo porque a los políticos que nos gobiernan les permiten tantas estupideces, tantas sandeces e indecencias, y al pueblo llano nos van vedando del disfrute de la cultura popular. Manda huevos, que dirían algunos.
donderdag 28 februari 2008
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1 opmerking:
Bueno María, a lo mejor tienen que buscarse una nueva forma para desearse buena suerte, pero seguro que por mucha multa que les pongan no consiguen tan facilmente que pierdan esa estupenda costumbre de tocarse la entrepierna.
Me temo que los hombres somos animales precisamente de eso, de costumbres, y además los italianos como buenos latinos (al igual que los españoles) también suelen ser cabezotas.
Besos María y gracias
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