Pues acartonada me he quedado fíjate tú después del debate electoral de ayer, igualita igualita que Gasparín. Primero porque lo ponen a unas horas que pa los españolitos que hemos emigrado a paises con horario europeo es matador, sobre todo si te tienes que levantar al día siguiente a las seis de la mañana. A los del consulado español les han debido dar el día libre por esto mismo, ya que una menda lleva todo el día llamando para que me expliquen porqué aún no tengo las papeletas y resulta que está cerrado. No hay nada mejor que ser funcionario español, congelados los sueldos o no, sólamente por tener todos esos días de vacaciones injustificadas y poder estar por regla de mala leche todo el día tratando al público sin ninguna educación, merece la pena opositar.
Bueno, pues yo me quedé esperando a ver el debate como una santa, con el culo pegado al sofá y maldiciendo por primera vez al Atkins por no poder acompañarme de unos panchitos, que hicieran más soportable la espera entre los comentarios del Milá y la Blanco, que explicaban con todo tipo de pormenores esas cosas que a los españoles nos interesan tanto en estos momentos históricos: la mesa es de color crema, el fondo gris, las sillas no giran, Rajoy ha elegido corbata roja, el presi azul...
Y por fin llegan los protagonistas, temprano el uno, tardío el otro, como las grandes estrellas del mundo mundial. Faltó sólamente la alfombra roja, que además hubiera hecho juego con la corbata de Mariano. Noté a los dos candidatos tensos al principio. Rajoy hacía unos movimientos muy extraños con los ojos, primero no sabía si mirar a Zapatero, al Vidal o a la cámara directamente; más tarde por sus gestos y sonrisas me percaté que debía estar buscando la mirada complice de sus asesores. Sé por deformación profesional y de buena tinta que los asesores de comunicación tienen un sistema de signos para hacer ver a sus asesorados si lo están haciendo bien, si tienen que cortar, alargar, etc. De todos modos debían haber situado a los asesores en sitios más estratégicos dentro del plató, porque al principio Mariano casi que me asustó con ese movimiento de ojos pa un lado y pa el otro, cual muñeco diabólico con sonrisa angelical en plan: "lo estoy bordando, a qué sí?". Zapatero estaba muy tranquilo y sin duda han dado de sí esas clases de dicción que ha recibido para acortar los silencios de sus discursos, por fin fué capaz de decir "España va bien" en tres segundos como mucho. Me llamó la atención sobre manera esas cejas puntiagudas recortaditas en triángulo. Sus asesores de imagen deberían haberlo llevado a hacerse una depilación en condiciones que suavizase el ángulo y enmarcara mejor esos ojos de Bambi que tiene nuestro presidente.
No me aportaron nada nuevo, más que Mariano no ha subido en autobús en su vida, o si lo ha hecho no ha pagado, y que el sr. Zapatero sabe más de Aznar que de Felipe González, aunque claro, el primer gobierno socialista a él le pilló rematando la salida de los años adolescentes. Por lo demás nada nuevo bajo el sol. Como siempre los del PP dan la victoria a Rajoy y los socialistas a Zapatero. En España para estas cosas sabemos barrer para casa como nadie. Estos debates pactados y ensayados hasta la extenuación son una farsa. Que dejen a la gente del pueblo llenar las gradas para el próximo encuentro y que sean ellos quienes formulen las preguntas a los dos candidatos. Sin papeles, sin datos, sin bonitos gráficos ni presentaciones powerpoint. Y entonces que gane el mejor, al final señores míos, no les votan sus asesores, les vota el pueblo.
dinsdag 26 februari 2008
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1 opmerking:
Ja, ja, ja, María eso mismo he pensado yo, que no tienen en cuenta a los emigrantes. Yo empecé con muchas ganas tal y cómo si fuese a ver la peli del año y ni Atkins ni leches lo acmpañé como es debido, es decir rumiando como una vaca frisona que para algo estamos en Holanda. Me tragué todas las vanalidades y datos históricos y escuché a la Blanco enfundá en chaqueta de cuero decir eso de: esto es como un acontecimiento depórtivo cuatrocientas veces, cada vez que lo decía mi tic del ojo se hacía más patente y cambiaba para Telemadrid que hablaban d elo mismo pero con diferentes caras.
Aguanté dos rondas y me quedé sobando con ese runrun monótono en el sofá. El marío bajo a ver qué pasaba y mirando a Zapatero exclamó pero que feo es este tío! Tampoco creo que los ojos parkisianos de Rajoy le gustasen mucho. En fín, que me fuí a la cama pensando: mañana me leo la prensa y ya está. Pero claro es tan subjetivo que con leerme uno de aqui y otro de allá y haciendo la media aritmética me he dado cuenta que por lo menos dormí bien.
Y me pregunto, merecerá la pena ir a votar, pagar por el correo certificado, hacer cola en correos, etc, etc... pa ver a estos chulánganos durante 4 años más?
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