Hay muchas cosas que me hacen feliz últimamente. Quizás porque me he acostumbrado (forzado) a buscar la felicidad en la cotidianidad que me rodea en vez de aquellas quimeras imposibles de entonces. Creo que con el tiempo (y el esfuerzo) he conseguido además conocerme en más profundudad y quererme con mucha más calidad (eso de no me quieras tanto y quiéreme mejor). Si cuando era chica (en edad, que en tamaño lo sigo siendo para mi desgracia), quería que un día la gente me quisiera por haber destacado en mi profesión y así soñaba con ser una escritora de renombre, o presentar el telediario en hora punta, o inventar una vacuna que curase todas las enfermedades y recibir un premio Nobel como poco...pues hoy, después de muchos años de terapias propias y ajenas, he descubierto que sólo quiero que la gente me admire y algún día me recuerde, por ser lo que intento ser cada día: buena persona.
Creo que es más importante el haber podido tocar el corazón de alguien con tu propio corazón que cualquier otra cosa en el mundo. Estoy convencida que ese es el motor del mundo, y si no hay amor no hay nada. Por eso, cuando leo a mi querida Laura, en estos últimos meses he visto como poco a poco, sus palabras han ido tiñéndose de luz, y queda atrás la oscuridad. Y pensar que ella piensa que yo he tenido un poquito que ver, a través de mis propias palabras o mis cortos escritos, no sólo me llena de emoción, sino que me enriquece aún más de lo que soy. Ese el poder de mi secreto y el que intento pasar a todo el mundo desde el día mismo en que lo descubrí. Hay que dar al universo para recibir del universo y sólo podemos recibir positivismo si nos movemos en esa misma frecuencia. Sólo espero que Laura que ha encontrado por fin esa sintonía, no la pierda nunca. Y el mejor motor, querida, siguen siendo esos tres besos que nunca nunca te faltarán. Bienvenida a la luz.
maandag 25 februari 2008
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1 opmerking:
Este me lo había perdido, qué potito... Me voy a trabajar, qué pocas ganas tengo.
No dejes de escribir, nunca.
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