vrijdag 18 september 2009

Vida digital

Hace muchos años (una se va haciendo mayor sin darse cuenta) si en el cole te enfadabas con alguien o alguien se enfadaba contigo decías : «Yo con esa no me arrejunto» y santas pascuas. Ahora el mundo digital ha cambiado el mundo de las relaciones. Has dejado de no arrejuntarte y simplemente bloqueas a alguien en el facebook o condenas sus emails con la etiqueta de spam para que vayan directamente a la papelera. Si no estás en el facebook de esa amiga tuya con la que compartes cafés de vez en cuando, desengáñate, no hay amistad verdadera. Si mandas una invitación a alguien a través del caralibro para entrar a formar parte de tu lista de amigos y no te la aceptan, eso es un plantón en toda regla. Si estás cansada de enviar emails a alguien y te dicen «Hija, pues no me lo explico, no me ha llegado ni uno», que sepas que eres purito spam de papelera.
La vida es así de dura y uno deja de ver en su lista de 100 mejores amigos del Facebook a uno de ellos y ya te entra el pánico del bloqueo digital. Esta nueva vida donde la sangre corre por los cables de fibra óptica a la velocidad que permita el ADSL de cada uno, es un vivir sin vivir y un morir por no morirse. Antes había mil excusas válidas para explicar porqué no llamas en tanto tiempo, o ya no escribes con tanta frecuencia. Esas excusas ya no están vigentes porque si no eres capaz de enviar un email por semana como mínimo o añadir a alguien a tu página de facebook, esa amistad está condenada de por vida a la no existencia. No hay nada más allá de la vida digital. Ya puedes comer con alguien día sí y día también, compartir confidencias alrededor de un café caliente y un cigarrillo humeante, salir de copas e incluso acostarte si viene al caso, que si descubres que no estás dentro del círculo digital de esa persona, no hay nada que hacer, no interesas de verdad de la buena.
No me importa si estás todo el día de un lado para otro rodeada de gente, o te pasas el finde en la discoteca moviendo el esqueleto en compañía y no te pierdes quedada alguna en el café del barrio…si nadie te manda esemeses, no te llegan más que emails comerciales y en tu página del caralibro no llegas a cinco amigos que además ni escriben ni contestan a tus propias chorradas, tu vida social digital da asco y mejor te apuntas a un curso rápido de como potenciar tu vida online. Hazme caso, empieza a vivir ya, porque hay todo un mundo dentro de la pantalla del ordenador.

7 opmerkingen:

Restituto zei

Y a pesar de todo, prefiero el cara a cara. Soy carne de cañón de la gripe A. Cómo dejamos que nos coman el coco, Maruchi! Además yo de lo que soy fans,fans es del teléfono, sólo me hace falta un pinganillo de telepizzero pa´ser feliz.

Porqué estamos tan lejos de la civilisasao? Nesesito un mojito de esos de San Mateo, ir a comer llampares a Verdicio y un culín de sidra. Cambio todo eso por mi portátil, mi móvil y hasta las llaves de la fregoneta pero ya! Esta claro que la vaca no ye de donde pace... No quiero vivir en la época digital.

Restituto zei

Y leyendo esto me doy cuenta lo poco que echo de menos ordenadores, teléfonos, etc. cuando estoy en buena compañía. Paco vente pa´Expaña!

Hala, a seguir currelando!

RAMON MUNTAN zei

¡ qué razón tienes joía!

veo que la mantequilla holandesa aún te permite utilizar las neuronas...

David Soler zei

Buenísimo. Eso se llama tener identidad digital. Yo también estoy atrapado por la Red... pero me gusta. Bien usada es potentísima.

Pero el contacto cara a cara es vital y complementario.

mariagaral3 zei

Yo es que no me puedo quejar...de qué otra manera hubiera yo tenido el honor de conoceros a todos?? Esta vida digital es la bomba! Solo me falta probar el cibersex, que el ciberbata ya lo he probado y es total, maris...

Un besote a todos! (David, estoy preparando una novela que va a ganar el Planeta!)jeje

David Soler zei

Maria,
No me cabe la menor duda... De momento cuando la termines usa las redes para promocionarla.
Con la cantidad de amigos virtuales que has hecho seguro que entre todos le damos un empujón.

Ana zei

Nunca me acostumbraré a la amistad digital y tampoco quiero. Por nada del mundo querría perderme la chispa de tus ojos, tu sincera expresividad y ese entusiasmo con que llenas el ambiente allá donde entres.