Este ha sido un fin de semana muy interesante. Recluida en una granja en medio de un paisaje verde con tintes ocres que anuncian la llegada prematura del otoño holandés, he pasado el tiempo junto con mis compañeros de estudios, practicando algunas técnicas de medicina natural y leyendo, charlando...Incluso he adelgazado un poco, ya que toda la comida era sana y basada en el recetario de la dieta vegetariana. He echado de menos la cafeína. El café que servían era café de bambú (cómo narices pueden hacer café del bambú aún es un misterio sin resolver). Conseguí esconder una coca light en mi maleta y en los ratos de pausa entre clase y clase me iba a meter una pequeña dosis de cafeína entre pecho y espada. Las clases han sido muy intensivas y el sábado terminamos a las once de la noche. En mi cabeza ya no cogían más terminos médicos ni patologías. Sólamente recordaba el color de los ojos de algunos compañeros a quienes examiné con el irisdoscopio. Maté dos mosquitos antes de irme a la cama y algunos de sus familiares vinieron por la noche a consumar su venganza, porque amanecí llena de picaduras en las manos y en la cara. Tocó diana a las siete de la mañana y después de la ducha me presenté en el comedor deseando que hubieran decidido deshacerse del bambú y pasarse al café del señor Valdés, como Dios manda. Mi sorpresa fué que el domingo íbamos a comenzar las clases en ayunas, ya que íbamos a dar masajes y ejercicios de visualización. Desayunamos a las 10, por fin una tacita de bambú que me supo a gloria y el pan recién hecho por la dueña de la granja, que también vende productos ecológicos. Queso, pan, miel, yogur fresco y cereales, qué narices, el café de bambú me supo hasta bien rodeado de todas estas esquisiteces. Después del desayuno, caminar por el bosque recogiendo plantas, apuntando sus propiedades, su método de preparación, tomar notas y notas sobre la increíble fuente de sabiduría que nos ofrece la naturaleza. Estuvimos media hora discutiendo si los extraños animales que nos encontramos pastando en una granja en medio del bosque eran lamas o ovejas mal hechas. Al final llegó una compañera que es de Ecuador y sentenció que eran alpacas. Los animales nos contemplaban extasiados, como si nunca hubieran visto tantas personas juntas observándoles tan atentamente. Alguien dijo que un jersey de alpaca salía en el mercado por unos 8.000 euros, ya que era una lana muy preciada y costosa. Inmediatamente los animales comenzaron a correr por la pradera y se perdieron en el fondo del paisaje. Los animales son sabios, sin duda alguna.
El día prosiguió con dos conferencias y una clase práctica en la que tuve que enfrentarme con un "paciente real", una queja sobre la mesa y una anamneses que tomar. Al llegar a casa estaba agotada, sólo quería irme a dormir y tomarme un café cargado, paradojas de mi vida. Laura se quejaba de dolor en una pierna y puse a prueba mis conocimientos teóricos con un masaje con aceite de arnica, lavanda y flor de naranja. Nos reimos mucho pero hoy seguía cojeando, claro está.
Como dicen los holandeses, este ha sido un fin de semana "apart", pero sin duda muy interesante. Una forma nueva para mí de entender la educación, combinando teoría y práctica con un ambiente relajado, en contacto con la naturaleza, muy propicio para conocernos todos a un nivel no sólo académico, sino también personal. He aprendido mucho sobre mi misma, como la verdad indiscutible de que tengo una clara adicción a la cafeína. Me tengo que ir a tomar un café...intentaré escribir más cosas en otro momento...
maandag 15 september 2008
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4 opmerkingen:
Maruchi,
Tengo un gripazo increíble. Me voy a la cama hasta que me toque ir a la guardería, qué tomo, qué hago?
Ciao!
hija del amor hermoso, cuídate...lo mejor es cama, reposo, líquidos y dormir...si necesitas algo más tómate Oscillococcinum, seguro lo encuentras en Etos o DA. Es un remedio homeopático que funciona bien ante los síntomas generales de la gripe...
Descansa, y si puedo ayudarte en algo, dímelo...
me ha sonado muy bonito lo de pasar un fín de semana en el campo, en contacto con la naturaleza y alejada del mundanal ruido...
Supongo que será un pelín de envidia, aunque yo tengo una ventaja, y es que no me gusta el café, pero lo del café de bambú no lo conocía,así que algo nuevo que he aprendido.
Besos María
María ¿qué tal la pierna operada por un holandés?
Anda niña, otro día vente a operar a España
Besos
Mercedes
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