woensdag 9 april 2008

Debate de investidura

Estos días como estoy descansando en casa, intentando reponerme de un ataque de stress bestial, me he dedicado a seguir los debates de investidura del candidato a la presidencia del gobierno español. Vale, sí, lo reconozco, soy masoquista, pero creo que todos los ciudadanos deberíamos de cuando en cuando tomarnos el tiempo necesario y armarnos, eso sí, de mucho valor, para seguir estos debates. Votamos a toda esta gente para convertirlos en diputados del congreso del Estado español y pasar a cobrar unos sueldos muy apetecibles para...para qué? Los veo estos dos días que además para ellos es como el comienzo de curso escolar, y ya están cansados, bostezan en los escaños y hacen dibujitos extraños en sus libretas simulando tomar atentos apuntes de lo que allí se dice...algunos incluso llevan el iPod y no se cortan ni un pelo en disimular los cascos...otros hablan por el móvil, como ayer Trillo que cada vez que le enfocaban estaba enganchado al teléfono, hubo un momento que pensé que se había quedado el pobre pegado al móvil. Pues nosotros, los españoles, pagamos con nuestros impuestos a toda esta gente para que nos represente y vaya a trabajar...a ver cuántos de nosotros nos podemos permitir en nuestro curro todas esas libertades: escuchar música o el partido en la radio, llamar a los amiguetes, hacer bocetos de las cejas de Zapatero, etc, etc...

Luego llegan esos discursos en los que no dicen mucho pero se acusan unos a los otros de hablar pura retórica, cuando uno se da cuenta perfectamente al escucharlos que a ninguno de ellos le han presentado a Aristóteles en su vida. Más que retórica yo creo que es pura demagogia de nivel parvulario. Se repiten, se acusan y siguen soñando mientras los ciudadanos de a pié siguen levantándose (los que tienen curro) a las siete de la mañana para ir a trabajar a tiempo por si falla el cercanías, y hacer jornadas maratonianas para cobrar los mil euros a fin de mes.

Yo creo que esto tiene que cambiar y hacerse más práctico. El candidato a presidente debería abandonar la tradición de recursos floridos con mucho continente y poco contenido, y enumerar de una manera sencilla y clara todo lo que va a hacer en esta legislatura. Los demás lo mismo de lo mismo. Simplemente se echan a la cara de nuevo los pasados cuatro años, en vez de exponer soluciones para los próximos cuatro...

No me siento representada para nada por esta gente, que disfruta de muchos privilegios gracias a todos los españoles y nada hacen por ellos. Lo mínimo sería que ocupen sus escaños y lo hagan con la sonrisa en la cara y al menos la intención de escuchar. Se levantan a tomar cafés, abandonan la sala cuando les da la gana, se ríen y hablan y comentan mientras un diputado habla en la tribuna, hacen crucigramas, etc...El congreso es un patio de colegio.

dinsdag 1 april 2008

Cambio de rumbo

He entrado en la crisis de los cuarenta sin ni siquiera haber llegado aún a ellos -a pesar de que los rondo muy de cerca-. Este último cumpleaños me ha hecho pensar más de la cuenta o quizás simplemente lo necesario, porque soy una gran convencida de que el universo nos pone siempre en las situaciones que debemos de estar. Formamos parte del plan infinito y aunque no podamos cambiar el mundo y quizás tampoco nuestro sino, sí podemos cambiar la manera de enfrentarnos a él. Cambiar nuestro pequeño universo, lo que cada uno somos es el primer paso para cambiar el resto.
Todas estas divagaciones filosóficas y otras más físicas (qué crema anticelulítica funcionará mejor, tengo que comprarme cremas antiarrugas para pieles maduras, será la liposucción una solución verdaderamente definitiva?...etc) me asaltan la cabeza en estos días con años recién cumplidos. Tengo la suerte o la desgracia de cumplir al mismo tiempo que entra casi la primavera, con lo cual mi sangre se altera a dos frentes. Así las cosas, me he dado cuenta de que no estoy donde quiero estar y que mi cuerpo pide a gritos un cambio (físico y mental). En otro tiempo, antes de comenzar las terapias y las lecturas de libros de desarrollo personal, me hubiera ahogado en un mar de lágrimas mirando al cielo y culpando a Dios por mis desgracias. Ahora, sé lo suficiente como para darme cuenta de que el poder del cambio no está en el PSOE sino dentro de mí, y que soy yo la única persona que puede hacerlo.
He decidido cambiar mi vida, ponerla seguramente de vuelta y someterla a una limpieza de esas profundas de las que al menos uno debe de hacer dos veces en su vida (aunque las mías suelen ser cíclicas, cada siete años aproximadamente). Limpiar telarañas, tirar muebles rotos y demás cajas abandonadas de recuerdos que uno ya nunca mira. Vaciarlo todo y tirarlo al contenedor de la escritura, que suele ser mi terapia más efectiva.
En esas estamos, cambio de rumbo, ajustar el GPS a una nueva dirección y al mismo tiempo intentar paliar los síntomas físicos que la envejecen a una, aunque todo hay que decirlo, los gordos no tenemos muchas arrugas.