Este fin de semana me he enfrentado a la dura realidad que supone la verdad desnuda. En este caso, la semidesnudez fue lo que me obligó a darme cuenta de una vez por todas de que, pese a todas las frases bienintencionadas de mi querido marido y de los ánimos de mis amigas, hay algo que no puedo seguir negando: ESTOY GORDA. Así, con mayúsculas y todo, porque he entrado en una fase de gordura que ya no raya, sino rebasa la palabra obesidad. No me atrevo aún a pronunciar lo inevitable cuando una hace esos cálculos del BMI y demás métodos midegrasas: obesidad mórbida...Dios mío, voy a dejarlo de momento en superhábit de carne trémula.
Lo descubrí hace tiempo, cuando los pantalones de la máxima talla que una puede encontrar en las tiendas para gente “normal” dejaron de subir más arriba de la cadera, atascadas entre las pistoleras y los rollos celulíticos del interior del muslo.
De manera que no eran noticias nuevas y la confrontación con la verdadera imágen de lo que soy no debería haberme pillado por sorpresa. Sin embargo, tuve que contener un grito de pavor llevando la mano hacia la boca porque aunque la hubiera llevado hacia la tripa, ni siquiera hubiera sido suficiente la mano de un pelotari para evitar tan horrorosa visión. Ocurrió en la piscina, una de esas macropiscinas tropicales que proliferan en este país de ranas. Después de sudar la gota gorda en los vestidores intentando subir el bañador, que parecía haber encogido desde el verano pasado, nos encaminamos hacia la piscina. De camino comencé con ese infernal juego masoquista que alguna que otra fémina practica en un momento determinado de su vida, para sufrimiento y aburrimiento de su novio, marido o compañero sentimental: “Cariño, estoy tan gorda como esa señora del bañador a cuadros?”. Y comienza el típico diálogo de besugos al que uno se acostumbra después de jugar a este juego durante 9 años de matrimonio:
- No cielo no, tú estás muchísimo más delgada.
- Y el culo, es tan ancho como el de esa del biquini rojo?
- No, por Dios, que dices sweetypie, tu culo es por lo menos tres veces menor...
- Estás seguro cielín?
- Claro que sí, hombre, si estás guapísima...
Y de repente se cruza en el camino una señora descomunal, en bañador azul y blanco, carne trémula a cada paso. Es como ver a un postre de gelatina caminando entre las duchas. Ya no hay culo ni caderas comparables, esta señora es un todo, una masa pluriforme e inestable...Y cuando una ya va a preguntar a su maridito –a sabiendas que él santo varón va a contestar con la cantinela a favor de siempre- una se da cuenta de que se encuentra en frente de una pared de espejos y que la señora del bañador azul es una misma. La carne entonces se hace más trémula que nunca, y eso que la figura azul ha quedado paralizada y se lleva una mano a la boca para evitar ese grito que se ahoga en un inevitable: “Anda la ostia, la foca marina soy yo”. Las lágrimas comienzan a aflorar en la comisura del ojo mientras que un olor a patata frita comienza a entrar por la nariz. Dejo de respirar, creo que a mí hasta eso me engorda. Un olor así a fritanga debe de contabilizar por lo menos 100 calorías. El maridito comienza a ponerse nervioso e intenta calmar la situación: “Venga chatina, que estás muy guapa, vamos a nadar que ya verás como haciendo ejercicio te sientes mejor”. Ejercicio, ha dicho ejercicio? Osease que él también piensa que soy una foca marina, y para encima me miente. Ay que ser canalla...Recojo la toalla y salgo corriendo de la piscina. Embutida en mis tejanos y un jersey largo me siento protegida del horror de la carne gelatinosa.
Miro a mi alrededor, sólo veo carteles anunciando café con tarta de manzana por 2 Euros. Al otro lado un camarero acaba de servir tres copas de helado de chocolate gigante. Miro a los riachuelos artificiales que recorren el recinto llenos de peces japoneses que de repente se transforman en lubinas al horno con patatinas guisadas...Me duele la cabeza, todo gira a mi alrededor. Caigo en plan Scarlett O’Hara derrotada sobre mis mullidas rodillas...y arranco un par de hierbajos del suelo..miro hacia arriba y grito: “Aunque tenga que matarme o coserme la boca, a Dios pongo por testigo que jamás volveré a meter nada en el cuerpo y que sea mi vida el hambre!”. Mi marido que ha salido corriendo detrás mío, aún en bañador y con la nena llorando en brazos, se acerca a mi y por lo bajines me susurra, esta vez sin miramientos: “Francamente, querida, me importa un bledo. Hemos venido a nadar y a disfrutar con la niña, así que haz el favor de aparcar el drama y meter tu hermoso culo en la piscina”. No hay nada como un Rhett Butler para alegrarle a una la vida.
maandag 28 januari 2008
dinsdag 22 januari 2008
Cago en mi mantu
No lo puedo remediar...no soy capaz de hablar sin decir tacos. He intentado de todo: meter 1 Euro en un bote cada vez que suelto un taco, cambiar los tacos por otras palabras que comiencen de la misma manera...Lo único que he conseguido es ser más pobre en el bolsillo y más rica en el bote y parecer una cursi insoportable diciendo: miér..coles, jo...pelines, gi..ralda.
Mi afición innata a los tacos tiene un explicación lógica. Nací en la cuenca minera asturiana y no es que los de la cuenca seamos todos unos mal hablados, sino que esa manera de hablar es nuestra lengua indígena. Desde que eres pequeña oyes tacos metidos en la conversación de una manera habitual. Vas por la calle y le dicen a tu madre: "Coño, Isabel, qué guapes están les tus nenes" (porque en la Cuenca hablamos mal pero somos guapos por naturaleza, ya se sabe, la ley de la compensación)...Que el domingo después de misa vas con tus padres a Requejo a tomar una botella de sidra, no oyes otra cosa: "Esta sidra está de puta madre", o "Coño Herminio, trae otra botella haz el favor que esta ye una auténtica mierda, déjala pa vinagre". Así, uno crece asimilando esas palabras como parte de su propio universo linguístico particular, y eso sí, sin ánimo de ofender a nadie, porque frases como: "Cago en Dios, el CD que me pasaste tá de puta madre", es un elogio al buen gusto musical de una.
Alguien me recomendó que cambiara el idioma y que sólamente, aunque estuviese hablando en español, dijese los tacos en holandés. Pero vamos a ver, a mi los tacos holandeses me parecen una mariconada. Cómo puede considerarse un taco a una expresión que viene a decir "que Dios me maldiga!". Me recuerda a los cuentos de Axteris "Por Tutatis, que el cielo se desplome sobre nuestras cabezas!" Los españoles somos más espabilados a la hora de maldecir, ya que nos vamos a cagar, lo hacemos en otra persona o cosa, no en nosotros mismos, y así la cagalera te puede dar en muchísimas situaciones: mecago en la mar, mecago en la ostia, mecago en tu madre, y para los finolis de mecago en sanpitopato, etc. La única versión que conozco de cagarse en terreno propio es la asturiana de mecago en mi mantu (que pa eso se puede lavar).
De manera que no me imagino yo pidiendo a Dios que me maldiga a mi misma o cosas por el estilo. En inglés los tacos los domino de igual manera que en español. Soy adicta al fuck, shit, y últimamente a ese tan fino de Holy Cow! (que debió nacer de una visita a la India o algo así). Pero me siento más identificada con los míos, suenan mucho mejor, tienen un ritmo musical que todavía el fuck en todas sus variedades no ha conseguido. A mis amigos anglosajones les encanta cuando digo gilipollas, porque a ver, quién me va a negar que no es una palabra sonora. Otra cosa que me gusta de los tacos españoles es que se pueden usar no sólo para insultar, sino de manera cariñosa, algo que nos han copiado los americanos pero que no les ha salido bien, porque aunque ahora esté de moda llamar a todo el mundo bitch, la sociedad en general sigue pensando que es despectivo y de mal gusto. Sin embargo, tú le dices a una amiga cariñosamente: "Joer chatina, qué cabrona eres, qué vestido tan mono te has comprado", y quedas como Dios.
Bueno pues nada, que no me reformo. Cada vez que lo intento vuelvo a la tierrina y me dicen eso de: "Ay fía, que te pasa en la boca, ne? Qué vas de fisna ahora, nun ves que tienes una pata en la puta cuenca, joder? Venga cabrona, que tas muy guapa, vamos a tomar unes sidres"...Y no me queda más remedio que la reintegración, porque si contesto con un : "Ay, que Dios me maldiga, si sigo siendo la de siempre", seguro que me cae una ostia por repipi.
Mi afición innata a los tacos tiene un explicación lógica. Nací en la cuenca minera asturiana y no es que los de la cuenca seamos todos unos mal hablados, sino que esa manera de hablar es nuestra lengua indígena. Desde que eres pequeña oyes tacos metidos en la conversación de una manera habitual. Vas por la calle y le dicen a tu madre: "Coño, Isabel, qué guapes están les tus nenes" (porque en la Cuenca hablamos mal pero somos guapos por naturaleza, ya se sabe, la ley de la compensación)...Que el domingo después de misa vas con tus padres a Requejo a tomar una botella de sidra, no oyes otra cosa: "Esta sidra está de puta madre", o "Coño Herminio, trae otra botella haz el favor que esta ye una auténtica mierda, déjala pa vinagre". Así, uno crece asimilando esas palabras como parte de su propio universo linguístico particular, y eso sí, sin ánimo de ofender a nadie, porque frases como: "Cago en Dios, el CD que me pasaste tá de puta madre", es un elogio al buen gusto musical de una.
Alguien me recomendó que cambiara el idioma y que sólamente, aunque estuviese hablando en español, dijese los tacos en holandés. Pero vamos a ver, a mi los tacos holandeses me parecen una mariconada. Cómo puede considerarse un taco a una expresión que viene a decir "que Dios me maldiga!". Me recuerda a los cuentos de Axteris "Por Tutatis, que el cielo se desplome sobre nuestras cabezas!" Los españoles somos más espabilados a la hora de maldecir, ya que nos vamos a cagar, lo hacemos en otra persona o cosa, no en nosotros mismos, y así la cagalera te puede dar en muchísimas situaciones: mecago en la mar, mecago en la ostia, mecago en tu madre, y para los finolis de mecago en sanpitopato, etc. La única versión que conozco de cagarse en terreno propio es la asturiana de mecago en mi mantu (que pa eso se puede lavar).
De manera que no me imagino yo pidiendo a Dios que me maldiga a mi misma o cosas por el estilo. En inglés los tacos los domino de igual manera que en español. Soy adicta al fuck, shit, y últimamente a ese tan fino de Holy Cow! (que debió nacer de una visita a la India o algo así). Pero me siento más identificada con los míos, suenan mucho mejor, tienen un ritmo musical que todavía el fuck en todas sus variedades no ha conseguido. A mis amigos anglosajones les encanta cuando digo gilipollas, porque a ver, quién me va a negar que no es una palabra sonora. Otra cosa que me gusta de los tacos españoles es que se pueden usar no sólo para insultar, sino de manera cariñosa, algo que nos han copiado los americanos pero que no les ha salido bien, porque aunque ahora esté de moda llamar a todo el mundo bitch, la sociedad en general sigue pensando que es despectivo y de mal gusto. Sin embargo, tú le dices a una amiga cariñosamente: "Joer chatina, qué cabrona eres, qué vestido tan mono te has comprado", y quedas como Dios.
Bueno pues nada, que no me reformo. Cada vez que lo intento vuelvo a la tierrina y me dicen eso de: "Ay fía, que te pasa en la boca, ne? Qué vas de fisna ahora, nun ves que tienes una pata en la puta cuenca, joder? Venga cabrona, que tas muy guapa, vamos a tomar unes sidres"...Y no me queda más remedio que la reintegración, porque si contesto con un : "Ay, que Dios me maldiga, si sigo siendo la de siempre", seguro que me cae una ostia por repipi.
maandag 21 januari 2008
El tren
Hoy he vuelto a comenzar el día maldiciendo. Y eso que es el día internacional de la No Violencia en honor a Martin Luther King. Que conste que no he pegado a nadie, que una sabe controlarse pese a todo. Como cada mañana, madrugo para coger el tren a tiempo, pero el tren nunca tiene la misma consideración conmigo, y siempre llega tarde o no llega. En Holanda los trenes funcionan muy mal últimamente y las excusas que te ofrecen por los altavoces frente a los retrasos o las cancelaciones de trenes son de lo más irrisorio: que llueve, que truena, que nieva, que hace demasiado sol y el trenecito ha cogido una insolación...y ya la de hoy ha sido digna de anecdotario: "Señores y Señoras, sentimos el retraso (de media hora, por cierto) pero es que estamos esperando por el conductor, no sabemos donde está porque no contesta su móvil". Los pasajeros no sabíamos si reir o llorar, pero lo cierto es que al menos se agradece la sinceridad.
Mientras el conductor seguía en paradero desconocido, el tren llevaba ya tanto retraso que han tenido que suspender el siguiente, con la consiguiente acumulación de pasajeros que normalmente viajan en dos trenes diferentes, en un sólo tren. Si hubiera sido un día de frío polar, se agradece incluso el calor humano, pero hoy no hacía demasiado frío, simplemente diluviaba a mares. Tuve que sentarme en el espacio que se encuentra entre dos vagones, un habitáculo de unos 6 metros cuadrados aproximadamente, en el que nos encontrábamos unas 40 personas calculando por lo bajines.
Los milagros existen. En un momento determinado descubrí que detrás de una de esas bicicletas pegables que tanto les gustan a los holandeses, había aún un asiento también pegable aún por descubrir. Me acerqué a la señora/señor (en este país hay una especie humana cuyo género es difícil de distinguir) y le pedí por favor si podía apartar su bicicleta para que yo me pudiera sentar. Me puso cara de mala leche mañanera y me dijo que no tenía sitio para ponerla. En ese momento sentí el fuego arder dentro de mis entrañas (claro que me había olvidado de tomar los antiácidos con tantas prisas para coger el tren). Agarré la bicicleta y se la puse a la señora que parecía un señor, o viceversa, entre sus piernas. Desplegué el asiento con cuidado (todo mojado gracias a la bicicleta que estaba chorreando), me senté todo lo elegantemente que una puede en un espacio libre de cinco milímetros y abrí el periódico. Oí de fondo los gruñidos de la cosa y ya cabreada le dije: "Su bicicleta pegable ha pagado por ir sentada? No, pues ajo y agua". La cosa se giró y me dió con la espalda en la cara, y menos mal, porque tenía una cara horrorosa y así me dejó campo visual abierto hacia un Clooney que intentaba mantener el equilibrio entre los demás pasajeros, visión que comenzó a alegrarme la mañana.
Después de unos 10 minutos, el tren se paró en la siguiente estación. Nadie se bajaba, y sin embargo mucha gente quería subir. Una señora entrada en años preguntó si era el tren de camino a Utrecht...y alguién susurró entre los vapores de sudor, humedad y olores varios: "No, señora, es el tren a Auswitch"... La señora intentó abrirse paso entre la gente y vino a situarse, la muy condenada, justo enfrente de mí. Me miró con cara de cordero degollado, enseñándome todas las arrugas que decían a gritos: "tengo más de ochenta tacos, hija de mi corazón"... Miré a la bicicleta entre las piernas de la cosa y miré a la cosa, pero ésta ni se inmutó. Suspiré y me levanté para acometer la primera buena acción del día: "Señora, siéntese por favor". Después de esos breves segundos de no hija no, sí hija sí, y que Dios te bendiga... la señora aceptó mi asiento y yo me resigné a viajar de pié durante los próximos 40 minutos. Ni siquiera acercarme al Clooney pude. Quedé encajada justo en frente de la cosa, que sonreía con maldad amorfa, pero con maldad al fin y al cabo.
Yo, que he comenzado el año encaminada hacia la santidad y hacia la aceptación divina de la Providencia, dirigí mi meditación a Dios: "Espero que me perdones el ataque de maldad y violencia que he tenido hacia la cosa y me apuntes unos cuantos positivos en la libreta por haber dejado el asiento a la cuasi centenaria. Quedamos a bien, no?" No sé si Dios me escuchó entre tanta alma humana y tanto apretujamiento, porque además mi Dios está un poquito sordo últimamente, pero al llegar a la estación de Utrecht me sentí mejor. Incluso miré a la cosa antes de bajarme del tren y le dirigí una sonrisa sincera (bueno, todo lo sinceramente que se puede sonreir a una cosa, claro está). Celebremos juntos el día de la No Violencia, eso sí, fuera del tren.
Mientras el conductor seguía en paradero desconocido, el tren llevaba ya tanto retraso que han tenido que suspender el siguiente, con la consiguiente acumulación de pasajeros que normalmente viajan en dos trenes diferentes, en un sólo tren. Si hubiera sido un día de frío polar, se agradece incluso el calor humano, pero hoy no hacía demasiado frío, simplemente diluviaba a mares. Tuve que sentarme en el espacio que se encuentra entre dos vagones, un habitáculo de unos 6 metros cuadrados aproximadamente, en el que nos encontrábamos unas 40 personas calculando por lo bajines.
Los milagros existen. En un momento determinado descubrí que detrás de una de esas bicicletas pegables que tanto les gustan a los holandeses, había aún un asiento también pegable aún por descubrir. Me acerqué a la señora/señor (en este país hay una especie humana cuyo género es difícil de distinguir) y le pedí por favor si podía apartar su bicicleta para que yo me pudiera sentar. Me puso cara de mala leche mañanera y me dijo que no tenía sitio para ponerla. En ese momento sentí el fuego arder dentro de mis entrañas (claro que me había olvidado de tomar los antiácidos con tantas prisas para coger el tren). Agarré la bicicleta y se la puse a la señora que parecía un señor, o viceversa, entre sus piernas. Desplegué el asiento con cuidado (todo mojado gracias a la bicicleta que estaba chorreando), me senté todo lo elegantemente que una puede en un espacio libre de cinco milímetros y abrí el periódico. Oí de fondo los gruñidos de la cosa y ya cabreada le dije: "Su bicicleta pegable ha pagado por ir sentada? No, pues ajo y agua". La cosa se giró y me dió con la espalda en la cara, y menos mal, porque tenía una cara horrorosa y así me dejó campo visual abierto hacia un Clooney que intentaba mantener el equilibrio entre los demás pasajeros, visión que comenzó a alegrarme la mañana.
Después de unos 10 minutos, el tren se paró en la siguiente estación. Nadie se bajaba, y sin embargo mucha gente quería subir. Una señora entrada en años preguntó si era el tren de camino a Utrecht...y alguién susurró entre los vapores de sudor, humedad y olores varios: "No, señora, es el tren a Auswitch"... La señora intentó abrirse paso entre la gente y vino a situarse, la muy condenada, justo enfrente de mí. Me miró con cara de cordero degollado, enseñándome todas las arrugas que decían a gritos: "tengo más de ochenta tacos, hija de mi corazón"... Miré a la bicicleta entre las piernas de la cosa y miré a la cosa, pero ésta ni se inmutó. Suspiré y me levanté para acometer la primera buena acción del día: "Señora, siéntese por favor". Después de esos breves segundos de no hija no, sí hija sí, y que Dios te bendiga... la señora aceptó mi asiento y yo me resigné a viajar de pié durante los próximos 40 minutos. Ni siquiera acercarme al Clooney pude. Quedé encajada justo en frente de la cosa, que sonreía con maldad amorfa, pero con maldad al fin y al cabo.
Yo, que he comenzado el año encaminada hacia la santidad y hacia la aceptación divina de la Providencia, dirigí mi meditación a Dios: "Espero que me perdones el ataque de maldad y violencia que he tenido hacia la cosa y me apuntes unos cuantos positivos en la libreta por haber dejado el asiento a la cuasi centenaria. Quedamos a bien, no?" No sé si Dios me escuchó entre tanta alma humana y tanto apretujamiento, porque además mi Dios está un poquito sordo últimamente, pero al llegar a la estación de Utrecht me sentí mejor. Incluso miré a la cosa antes de bajarme del tren y le dirigí una sonrisa sincera (bueno, todo lo sinceramente que se puede sonreir a una cosa, claro está). Celebremos juntos el día de la No Violencia, eso sí, fuera del tren.
zaterdag 19 januari 2008
La Papisa Negra
Creo que voy a votar al PP sólo por los buenos ratos que me están haciendo pasar últimamente. Como posesa voy cada día corriendo a empacharme de la prensa digital para ponerme al día sin perderme ni un segundo de las andanzas de los peperos de moda. No me había sentido así desde Amor Real y Frijolito. Todo comenzó hace unos meses (o han sido semanas?) cuando mi querido Gallardón, gallardo él donde los haya, derramó esos lagrimones tiernos y sentidos ante su pater politicus, nuestro querido Fraga. Y digo nuestro Fraga, porque dejando a un lado las ideologías de cada uno, no me vais a negar que Fraga a pasado a ser patrimonio nacional. Es un político de esos que para una servidora que roza los cuarenta, siempre ha estado ahí. Yo no sé lo que es vivir sin Fraga y el día que falte, será uno de esos días en los que sin mirarse al espejo una se de cuenta de que está envejeciendo.
Pues retomo la historia: Gallardón emocionado, Fraga tragando saliva que no es él hombre de emociones si no de razones que para eso tiene el corazón frágil y la frente eterna. En ese momento, cuando oí pronunciar esas palabras llorosas al político, según dicen las lenguas entendidas, mejor valorado de nuestro país, se me calló el alma al suelo. Y luego dicen las lenguas viperinas del PP que a Gallardón le falla la diestra...con lo que él admira al abuelo Fraga.
No hay que decir que mi admiración creció desmesuradamente en ese momento por el alcalde de Madrid, que me vino a recordar a Tierno Galván, que hacía llorar a la gente con tanta ternura y tendencia intelectual.
Seguí contando los días para que se anunciaran las listas peperas para las próximas elecciones, echándole el mal de ojo a la Aguirre para que dejara de meter órdagos en plan "la más chuli del mus es una menda", y poniéndole velas al Santo Escrivá para que ilumirara el camino a Rajoy. Pero no, todo hubo de nublarse un día de enero, dentro de un despacho madrileño gracias a
la Aguirre -creo que más loba que ná- , quien seguramente minutos antes de la reunión se estuvo tomando un piscolabis con la Botella, a la que además de recomendar el color del tinte, asesora en su carrera política. No me extrañaría nada que hubiesen tenido la siguiente conversación:
- EA: Ay chica, no me apetece como que nada el ir ahora a la reu con ese par de inútiles, pero quien algo quiere algo le cuesta.
- AB: Ay MariEspe, en este caso le va a costar a él, mejor dicho a los dos, porque ya me dice Josémari que Marianín no tiene tanto carisma como tenía él y que eso le va a costar mucho al partido...
- EA: Sí claro, Anita hija, pero el otro sí lo tiene, y por eso le voy a hacer la cama yo en un pis pás, que el tendrá más carisma que yo, pero yo tengo pedigrí, y eso no lo tiene cualquiera.
- AB: Tienes razón MariEspe, tú pedigrí tienes mucho chatina y eres mi modelo a seguir, cuando sea alcaldesa de Madrid te voy a condecorar con la medalla de oro de la ciudad, o no, mejor te doy las llaves, sí, que me hace ilu y así puedes entrar o salir de Madrid cuando quieras...jiji
- EA: no te olvides querida que yo seguiré siendo la Presidenta de la Comunidad...
- AB: Bueno vale, pero en Madriz Madriz mandaré yo, ok? Bueno, claro, con la ayuda de Josémari..
Y la Espe se encaminó a Génova y se merendó a los dos a pelo, con un cortado como mucho. Guiñando el ojo se despidió de un Rajoy convencido de que tenía los cojones más grandes que un Miura por haber llamado al orden a esos dos rompehuevos de Madriz...mientras la Aguirre, cogía por los hombros a un Gallardón abatido y le susurraba: "Vamos Albertín, majo, no es para tanto jolines...mira, éste seguro que pierde las elecciones y entonces nos lo quitamos de encima y nos presentamos tu y yo tan ricamente, que mira que a la gente le ha gustado el tándem Zapatero-Fernández de la Vega. Pues imagínate lo que les vamos a gustar tu y yo, que somos mucho más guapos, ricos y estilosos...Barremos Alberto, que te lo digo yo...eso sí, tu vas de vice que no sabes muchos idiomas y a mí se me da mejor el protocolo internacional, que he viajado mucho..amos cielo, a animarse!
Imagino a Albertín, metiéndose en el coche con el sabor amargo de la derrota en la boca. Pensando en cómo iba ahora a presentarse ante los ojos de ese mentor tan imponente que había sorteado toros muy duros. Seguramente se avergonzaría de él: "Pero coño Alberto, es que no te he enseñado nada? Mira que yo me desayunaba al Generalísimo con patatas si hacía falta y tú ni siquiera has podido imponerte a ese paparruchas?. Hay que joderse Alberto, a ver si va a ser cierto que sólo los del norte tenemos cojones!".
La Aguirre cierra la puerta del coche mientras Alberto se pierde en el interior y en sus memorias. Mientras el coche se aleja, la Espe dibuja una sonrisa maliciosa en su cara, se gira, y mira hacia el otro lado de la calle por donde ya avanza una cabeza rubia fumando sin parar..."Ay chatina, vamos que he llamado a JoséMari y nos invita a cenar para celebrarlo, eres una máquina chica".
Después de todas estas historias leídas y creadas en mi cabeza, a partir de mil piezas de información que he recogido primorosamente durante estos últimos días, hoy mi sorpresa, mi alegría ha sido ver la última foto de la Espe durante un mítin de Rajoy...Esa sonrisa, esa mirada escondida tras unas gafitas tipo contable y esa pulsera...esa pulsera hilada con los colores de España y con un nombre sólo: RAJOY. Qué más se puede decir de mi querida Espe, se merece no un Goya, sino el Oscar entero...Espe, eres la Papisa Negra del PP...!!!!
Pues retomo la historia: Gallardón emocionado, Fraga tragando saliva que no es él hombre de emociones si no de razones que para eso tiene el corazón frágil y la frente eterna. En ese momento, cuando oí pronunciar esas palabras llorosas al político, según dicen las lenguas entendidas, mejor valorado de nuestro país, se me calló el alma al suelo. Y luego dicen las lenguas viperinas del PP que a Gallardón le falla la diestra...con lo que él admira al abuelo Fraga.
No hay que decir que mi admiración creció desmesuradamente en ese momento por el alcalde de Madrid, que me vino a recordar a Tierno Galván, que hacía llorar a la gente con tanta ternura y tendencia intelectual.
Seguí contando los días para que se anunciaran las listas peperas para las próximas elecciones, echándole el mal de ojo a la Aguirre para que dejara de meter órdagos en plan "la más chuli del mus es una menda", y poniéndole velas al Santo Escrivá para que ilumirara el camino a Rajoy. Pero no, todo hubo de nublarse un día de enero, dentro de un despacho madrileño gracias a
la Aguirre -creo que más loba que ná- , quien seguramente minutos antes de la reunión se estuvo tomando un piscolabis con la Botella, a la que además de recomendar el color del tinte, asesora en su carrera política. No me extrañaría nada que hubiesen tenido la siguiente conversación:
- EA: Ay chica, no me apetece como que nada el ir ahora a la reu con ese par de inútiles, pero quien algo quiere algo le cuesta.
- AB: Ay MariEspe, en este caso le va a costar a él, mejor dicho a los dos, porque ya me dice Josémari que Marianín no tiene tanto carisma como tenía él y que eso le va a costar mucho al partido...
- EA: Sí claro, Anita hija, pero el otro sí lo tiene, y por eso le voy a hacer la cama yo en un pis pás, que el tendrá más carisma que yo, pero yo tengo pedigrí, y eso no lo tiene cualquiera.
- AB: Tienes razón MariEspe, tú pedigrí tienes mucho chatina y eres mi modelo a seguir, cuando sea alcaldesa de Madrid te voy a condecorar con la medalla de oro de la ciudad, o no, mejor te doy las llaves, sí, que me hace ilu y así puedes entrar o salir de Madrid cuando quieras...jiji
- EA: no te olvides querida que yo seguiré siendo la Presidenta de la Comunidad...
- AB: Bueno vale, pero en Madriz Madriz mandaré yo, ok? Bueno, claro, con la ayuda de Josémari..
Y la Espe se encaminó a Génova y se merendó a los dos a pelo, con un cortado como mucho. Guiñando el ojo se despidió de un Rajoy convencido de que tenía los cojones más grandes que un Miura por haber llamado al orden a esos dos rompehuevos de Madriz...mientras la Aguirre, cogía por los hombros a un Gallardón abatido y le susurraba: "Vamos Albertín, majo, no es para tanto jolines...mira, éste seguro que pierde las elecciones y entonces nos lo quitamos de encima y nos presentamos tu y yo tan ricamente, que mira que a la gente le ha gustado el tándem Zapatero-Fernández de la Vega. Pues imagínate lo que les vamos a gustar tu y yo, que somos mucho más guapos, ricos y estilosos...Barremos Alberto, que te lo digo yo...eso sí, tu vas de vice que no sabes muchos idiomas y a mí se me da mejor el protocolo internacional, que he viajado mucho..amos cielo, a animarse!
Imagino a Albertín, metiéndose en el coche con el sabor amargo de la derrota en la boca. Pensando en cómo iba ahora a presentarse ante los ojos de ese mentor tan imponente que había sorteado toros muy duros. Seguramente se avergonzaría de él: "Pero coño Alberto, es que no te he enseñado nada? Mira que yo me desayunaba al Generalísimo con patatas si hacía falta y tú ni siquiera has podido imponerte a ese paparruchas?. Hay que joderse Alberto, a ver si va a ser cierto que sólo los del norte tenemos cojones!".
La Aguirre cierra la puerta del coche mientras Alberto se pierde en el interior y en sus memorias. Mientras el coche se aleja, la Espe dibuja una sonrisa maliciosa en su cara, se gira, y mira hacia el otro lado de la calle por donde ya avanza una cabeza rubia fumando sin parar..."Ay chatina, vamos que he llamado a JoséMari y nos invita a cenar para celebrarlo, eres una máquina chica".
Después de todas estas historias leídas y creadas en mi cabeza, a partir de mil piezas de información que he recogido primorosamente durante estos últimos días, hoy mi sorpresa, mi alegría ha sido ver la última foto de la Espe durante un mítin de Rajoy...Esa sonrisa, esa mirada escondida tras unas gafitas tipo contable y esa pulsera...esa pulsera hilada con los colores de España y con un nombre sólo: RAJOY. Qué más se puede decir de mi querida Espe, se merece no un Goya, sino el Oscar entero...Espe, eres la Papisa Negra del PP...!!!!
vrijdag 18 januari 2008
Hola Maria
Llena eres de gracia, el señor es contigo...Pues que nos van a cambiar la letra del Ave María como en su día hicieron con el Padrenuestro! La verdad es que me fastidia muchísimo, porque desde que yo hice el catecismo nos lo han cambiado casi todo y una no tiene más que pensar que la Iglesia está llena -además de curas y obispos impresentables- de muchísimas mentiras.
Cuando cambiaron el Padrenuestro dejé de rezar. No que antes lo hiciera mucho, pero bueno, de cuando en cuando alguno caía. Sin embargo la nueva letra me llegó entrada en edad y ya se sabe que uno aprende mejor de niño. De manera que se me trababa la lengua y una ya no sabía si se dedía deudores u ofensores, ofensas o deudas. Cuando iba a misa y llegaba el Padrenuestro me ponía nerviosa porque ya ni siquiera podía hacer playback, ya que se notaba mucho que no tenía ni idea del nuevo texto y las beatas me ponían muy mala cara, así que tomé cartas en el asunto y dejé de ir a misa.
Dicen que ahora la Iglesia está pensando en cambiar el texto del Ave María según las indicaciones de un doctorado linguista que afirma que no se puede decir eso de "Dios te salve, María". Parece ser que María no necesita ser salvada, porque es pura y virginal. La Iglesia dice que es una mala traducción pero que salve aquí se utiliza no en el sentido del verbo salvar, sino como saludo. Entonces el linguista dice que hay que hablar con propiedad y actualizar el lenguaje y decir simplemente: Hola María. Luego trendrán que actualizar toda la letra: "Hola Maria, eres guapa y agraciada, eres lo más de lo más entre todas las demás...".
Yo creo que la Iglesia, si decide ponerse manos a la obra para cambiar el texto de la segunda oración más conocida por lo católicos, debería, ya puestos, revisar toda la Biblia. Porque en los últimos años nos hemos tenido que enfrentar a muchos cambios a parte de los puramente textuales. Resulta que María Magdalena no era una prostituta, sino la mano derecha de Jesús, su señora y posiblemente "madre de su hijo", y si no que se lo pregunten a Brown. El descubrimiento de los testamentos de Judas dejan al descubierto que el pobre hombre, que ha pasado a la historia como el hijoputa que vendió a Jesús, era el más colega de todos y tenía apañado todo el invento porque el Mesías quería ser prendido y morir en la cruz como parte de su plan para la salvación eterna. Los textos agnósticos nos dibujan a un Jesús que se parece más a Bin Laden que al hippy crucificado de ojos azules y melena rubia al que estamos acostumbrados. La sábana que envolvió el cuerpo del Santísimo data sin embargo del Renacimiento como mucho y seguramente haya sido una broma graciosa del ingenioso Leonardo Da Vinci.
Y si todo esto fuera poco, de manera oficial la Iglesia anuncia el año pasado que se habían equivocado y que no existe el limbo. Y digo yo, cómo pueden estar tan seguros de que ahora no existe cómo lo estaban antes de que existía? Es que han mandado en misión celestial a un obispo y éste ha descubierto que el limbo no estaba al fondo a la derecha como se pensaba, sino que nunca había sido construido? Y qué hacemos ahora con la tan usada frase castellana "estar en el limbo"? Y de todos modos, cuántos católicos saben a ciencia cierta que es o qué era el limbo?
Lo dicho, menos mal que yo ya no voy a misa y aunque sigo creyendo en muchas cosas, he dejado de hacerlo en la casa de Dios, porque el Jesucristo histórico decía que cada uno en su casa y Dios en la de todos...o era mi abuela la que decía esto? No me acuerdo, y de todas maneras, qué mas da, la historia cambia tan rápido...
Cuando cambiaron el Padrenuestro dejé de rezar. No que antes lo hiciera mucho, pero bueno, de cuando en cuando alguno caía. Sin embargo la nueva letra me llegó entrada en edad y ya se sabe que uno aprende mejor de niño. De manera que se me trababa la lengua y una ya no sabía si se dedía deudores u ofensores, ofensas o deudas. Cuando iba a misa y llegaba el Padrenuestro me ponía nerviosa porque ya ni siquiera podía hacer playback, ya que se notaba mucho que no tenía ni idea del nuevo texto y las beatas me ponían muy mala cara, así que tomé cartas en el asunto y dejé de ir a misa.
Dicen que ahora la Iglesia está pensando en cambiar el texto del Ave María según las indicaciones de un doctorado linguista que afirma que no se puede decir eso de "Dios te salve, María". Parece ser que María no necesita ser salvada, porque es pura y virginal. La Iglesia dice que es una mala traducción pero que salve aquí se utiliza no en el sentido del verbo salvar, sino como saludo. Entonces el linguista dice que hay que hablar con propiedad y actualizar el lenguaje y decir simplemente: Hola María. Luego trendrán que actualizar toda la letra: "Hola Maria, eres guapa y agraciada, eres lo más de lo más entre todas las demás...".
Yo creo que la Iglesia, si decide ponerse manos a la obra para cambiar el texto de la segunda oración más conocida por lo católicos, debería, ya puestos, revisar toda la Biblia. Porque en los últimos años nos hemos tenido que enfrentar a muchos cambios a parte de los puramente textuales. Resulta que María Magdalena no era una prostituta, sino la mano derecha de Jesús, su señora y posiblemente "madre de su hijo", y si no que se lo pregunten a Brown. El descubrimiento de los testamentos de Judas dejan al descubierto que el pobre hombre, que ha pasado a la historia como el hijoputa que vendió a Jesús, era el más colega de todos y tenía apañado todo el invento porque el Mesías quería ser prendido y morir en la cruz como parte de su plan para la salvación eterna. Los textos agnósticos nos dibujan a un Jesús que se parece más a Bin Laden que al hippy crucificado de ojos azules y melena rubia al que estamos acostumbrados. La sábana que envolvió el cuerpo del Santísimo data sin embargo del Renacimiento como mucho y seguramente haya sido una broma graciosa del ingenioso Leonardo Da Vinci.
Y si todo esto fuera poco, de manera oficial la Iglesia anuncia el año pasado que se habían equivocado y que no existe el limbo. Y digo yo, cómo pueden estar tan seguros de que ahora no existe cómo lo estaban antes de que existía? Es que han mandado en misión celestial a un obispo y éste ha descubierto que el limbo no estaba al fondo a la derecha como se pensaba, sino que nunca había sido construido? Y qué hacemos ahora con la tan usada frase castellana "estar en el limbo"? Y de todos modos, cuántos católicos saben a ciencia cierta que es o qué era el limbo?
Lo dicho, menos mal que yo ya no voy a misa y aunque sigo creyendo en muchas cosas, he dejado de hacerlo en la casa de Dios, porque el Jesucristo histórico decía que cada uno en su casa y Dios en la de todos...o era mi abuela la que decía esto? No me acuerdo, y de todas maneras, qué mas da, la historia cambia tan rápido...
donderdag 17 januari 2008
Mamá, hueles mal
No pensaba yo elegir un tema tan escatológico para mi nueva entrada, pero qué narices! (Nunca mejor dicho, como se verá). Ayer salí del baño después de hacer mis necesidades fisiológicas habituales y a los pocos minutos mi hija -de tres años- se fué corriendo a hacer pis. Abrió la puerta del baño, la cerró de golpe y volvió corriendo para situarse desafiante delante de mis narices. Puso los brazos en jarra (en plan antes muerta que sencilla), adelantó el pié derecho, y con cara de malas pulgas me suelta: "Mamá, hueles mal!".
No sabía si reirme, llorar, mandarla directamente a sentarse en la escalera o subir a ducharme. Pero cogí aire y me preparé para la situación de amor y pedagogía que me venía encima: "No cariño, mamá no huele mal, es el baño el que huele mal porque mamá ha hecho caca y la caca huele mal, sea mía, tuya o la de tu padre". La niña retira el pié, pero aún con los brazos en jarra y echando el pelo hacia atrás responde: "Papá no huele mal". Tomé aire de nuevo y respondí: "Claro que no, papá no huele mal, ni tampoco mamá, ni tú, pero nuestra caca sí huele, por norma general, a caca, como debe de ser, o sea mal, como la de todo el mundo cariño".
Cuando comienzo a pensar que ya había desarmado todos sus argumentos y la había convencido de que su madre no era una guarra, y que además defecar era muy saludable y nada de lo que avergonzarse, vuelve a buscar mi mirada y me escupe: "Mi caca no huele mal, mi caca es muy rica". Como os podéis imaginar no tenía ni pizca de gana de seguir discutiendo estos menesteres, sobre todo cuando estaba embarcada en plena tarea de hacer la cena. Así que cogí el ambientador, me fuí al baño y descargué el envase contra paredes, sanitarios, toallas, papel y demás objetos decorativos. "Venga, haz pis, que ahora mamá huele a brisa marina".
No hubiera hecho tema de esta situación si no fuera porque no hace mucho, en mi trabajo, una compañera se quejaba de que otra siempre defecaba en la oficina, en vez de esperar a llegar a casa!. Yo entiendo que resulte desagradable entrar en el baño justo después de que alguien haya soltado la bomba, pero es que cagar es la cosa más natural (y necesaria) del mundo. Si te pasas ocho horas cada día en la oficina, lo más normal es que al menos sufras de un apretón al día, y no vas a hacer a la pobre colega, agarrar el bolso y el abrigo e irse a cagar a su casa. Mi compañera seguía en sus trece defendiendo la tesis de "no-shiting inside of the office limits", y yo la mía de que mejor "shiting" en el báter que encima del ordenador. No llegamos a un acuerdo.
Con eso concluyo y termino mi exposición escatológica, que las narices de esta sociedad avanzada en la que vivimos, se han acostumbrado demasiado a los buenos olores y a las buenas palabras para esconder la mierda. Y así los turistas que visitan la India o algunos países africanos, arrugan la nariz nada más poner pié en medio de ciudades como Calcuta o Nairobi, porque dicen que huele fatal. No señores míos, huele a lo que somos, así olemos en versión original, huele a humanidad.
No sabía si reirme, llorar, mandarla directamente a sentarse en la escalera o subir a ducharme. Pero cogí aire y me preparé para la situación de amor y pedagogía que me venía encima: "No cariño, mamá no huele mal, es el baño el que huele mal porque mamá ha hecho caca y la caca huele mal, sea mía, tuya o la de tu padre". La niña retira el pié, pero aún con los brazos en jarra y echando el pelo hacia atrás responde: "Papá no huele mal". Tomé aire de nuevo y respondí: "Claro que no, papá no huele mal, ni tampoco mamá, ni tú, pero nuestra caca sí huele, por norma general, a caca, como debe de ser, o sea mal, como la de todo el mundo cariño".
Cuando comienzo a pensar que ya había desarmado todos sus argumentos y la había convencido de que su madre no era una guarra, y que además defecar era muy saludable y nada de lo que avergonzarse, vuelve a buscar mi mirada y me escupe: "Mi caca no huele mal, mi caca es muy rica". Como os podéis imaginar no tenía ni pizca de gana de seguir discutiendo estos menesteres, sobre todo cuando estaba embarcada en plena tarea de hacer la cena. Así que cogí el ambientador, me fuí al baño y descargué el envase contra paredes, sanitarios, toallas, papel y demás objetos decorativos. "Venga, haz pis, que ahora mamá huele a brisa marina".
No hubiera hecho tema de esta situación si no fuera porque no hace mucho, en mi trabajo, una compañera se quejaba de que otra siempre defecaba en la oficina, en vez de esperar a llegar a casa!. Yo entiendo que resulte desagradable entrar en el baño justo después de que alguien haya soltado la bomba, pero es que cagar es la cosa más natural (y necesaria) del mundo. Si te pasas ocho horas cada día en la oficina, lo más normal es que al menos sufras de un apretón al día, y no vas a hacer a la pobre colega, agarrar el bolso y el abrigo e irse a cagar a su casa. Mi compañera seguía en sus trece defendiendo la tesis de "no-shiting inside of the office limits", y yo la mía de que mejor "shiting" en el báter que encima del ordenador. No llegamos a un acuerdo.
Con eso concluyo y termino mi exposición escatológica, que las narices de esta sociedad avanzada en la que vivimos, se han acostumbrado demasiado a los buenos olores y a las buenas palabras para esconder la mierda. Y así los turistas que visitan la India o algunos países africanos, arrugan la nariz nada más poner pié en medio de ciudades como Calcuta o Nairobi, porque dicen que huele fatal. No señores míos, huele a lo que somos, así olemos en versión original, huele a humanidad.
woensdag 16 januari 2008
Spam sexista
Está claro, hasta el spam es sexista. Porque si no que me expliquen a mí porqué todos los emails que recibo al día y que nada tienen que ver con mi trabajo llevan títulos tan femeninos como: "Haga crecer su pene (con foto de una rubia desnuda agarrada a un pene tan grande como una farola)" y "Lo mejor de Adobe Acrobat (con foto de un sonriente hombre detrás del ordenador)". Que me lo expliquen, porque a mi no se me ocurre otra cosa más que la persona que está detrás de todas estas campañas publicitarias tiene un cerebro tan reducido que piensa que todas las mujeres soñamos con un pene taladrador de como mínimo 4 metros cuadrados y que además no sabemos usar el ordenador. La única vez que recibí un email dedicado a promocionar otros productos que no fueran destinados al placer sexual y con la foto de una hembra fué uno titulado: "Software for dummies". Con esto queda todo dicho.
Pues ya estoy harta. Ya que tenemos que soportar cientos de emails basura todos los días, al menos que nos manden algo creativo, por favor. O que sean capaces de distinguir al desinatario y hacer su trabajo de marketing bien (que para eso tienen los datos personales de medio mundo) y enterarse de quien tiene pene y quien no, y quien tiene cerebro y quien no.
Y ya no quiero ni hablar de las cartas estas de VIPs africanos a los que se les ha muerto la familia entera, chacha zulú incluida, y quieren que les des tu cuenta bancaria para depositar en ella toda la herencia. Pero es que verdaderamente creen que la gente es gilipollas? Supongo que si lo hacen es porque alguien pica. Lo cierto es que pueden alegrarte el día. La semana pasada pude hacerme la ilusión de ser millonaria, porque recibí cuatro emails premiándome cada uno con 2 millones de Euros. Entre estos y los siete africanos que me han escrito últimamente cierro el chiringo y me monto un banco privado en Suiza. O quizás mejor, una empresa de spam creativo. Me gustaría saber quienes son las empresas detrás de esta invasion de emails, más que para quejarme para ofrecerle mis servicios como creadora de contenidos y claro, si me cogen el teléfono, para decirle a quien corresponda que ya tengo Adobe, sé cómo usarlo y no tengo pene!
Pues ya estoy harta. Ya que tenemos que soportar cientos de emails basura todos los días, al menos que nos manden algo creativo, por favor. O que sean capaces de distinguir al desinatario y hacer su trabajo de marketing bien (que para eso tienen los datos personales de medio mundo) y enterarse de quien tiene pene y quien no, y quien tiene cerebro y quien no.
Y ya no quiero ni hablar de las cartas estas de VIPs africanos a los que se les ha muerto la familia entera, chacha zulú incluida, y quieren que les des tu cuenta bancaria para depositar en ella toda la herencia. Pero es que verdaderamente creen que la gente es gilipollas? Supongo que si lo hacen es porque alguien pica. Lo cierto es que pueden alegrarte el día. La semana pasada pude hacerme la ilusión de ser millonaria, porque recibí cuatro emails premiándome cada uno con 2 millones de Euros. Entre estos y los siete africanos que me han escrito últimamente cierro el chiringo y me monto un banco privado en Suiza. O quizás mejor, una empresa de spam creativo. Me gustaría saber quienes son las empresas detrás de esta invasion de emails, más que para quejarme para ofrecerle mis servicios como creadora de contenidos y claro, si me cogen el teléfono, para decirle a quien corresponda que ya tengo Adobe, sé cómo usarlo y no tengo pene!
El cambio climático
Ayer estaba muerta de frío...diluviaba en Utrecht y parecía que no había amanecido. Muerta de frío tuve que poner el radiador al máximo en la oficina. Hoy sin embargo, que he venido preparada con jersey de cuello alto y una buena chaqueta larga de lana, brilla el sol como si hubiese llegado la primavera y gracias al enorme ventanal que me flanquea a la derecha, tengo la diestra de mi cuerpo calentita como un día de verano. A mi estas cosas me preocupan, no sólo porque siempre vienen a confirmar que yo nunca acierto con la ropa que debo ponerme, sino porque es un ejemplo claro del maldito cambio climático.
Cuando yo era joven, estas cosas no pasaban. Vamos a ver: el verano era verano y hacía calor y uno podía ir a la playa y untarse de Nivea por los cuatro costados y ponerse rojo, y posteriormente aplicarse las rodajas de tomate que te ponían morena. En otoño caían las hojas de los castaños y era difícil subir en coche al pueblo de mi abuela porque patinabas en cada curva, pero mi padre pisaba el acelerador en plan Alonso y siempre conseguíamos subir aunque el pueblo atufara dos horas a caucho quemado. En invierno nevaba mucho y lo recibíamos casi con el San Martín, para luego disfrutar de chorizo, jamón y morcilla toda la temporada, que venía muy bien a la hora de subir a esquiar a Pajares, donde se te congelaba la nariz por menos de nada y tenías que forrarte a vino caliente si querías superar la tarde. Y la primavera...ay la primavera que yo creo que es la estación que más le favorece a mi tierra asturiana. La primavera era una explosión de flores y colores y olores y los primeros rayos de sol y mucha lluvia...y en el colegio cantábamos eso de "con flores a María" y los niños en edad de merecer a Dios hacían la primera comunión y se comían corderos a la estaca...
Bueno pues esto ya no es así. A uno le puede caer la gran nevada o granizada en pleno agosto o bien un día de 25 grados en febrero. Y esto descoloca mucho, la verdad. No sólo por todas esas razones maravillosas que apunta el Al Gore, tan honorable y nobelado él, que tendrá toda la razón del mundo en apuntarlas, si no porque una ya no sabe a qué atenerse. A este paso tendremos que salir cada día de casa con una mochila de emergencias cargada con paraguas, manta, termo, bañador, crema bronceadora, abanico, agua...).
Lo que más me joroba de todo, a mí mujer previsora que gusta de estar preparada para cualquier devenir, es que los ciéntificos tampoco parece ponerse de acuerdo. Al Gore dice que el planeta se está calentando, que las temperaturas irán subiendo cada vez más y más, y que crecerán las palmeras en Noruega y esas cosas. Pues yo ya haciéndome ilusiones: qué bien, por fin tendremos en Holanda 300 días de sol y no este tiempo de ranas. Y me pongo a hacer nuevos planes y ya no me voy a comprar una casa en España, para qué si no va a haber agua y todo será un desierto y las temperaturas subirán por encima de los 50 grados. Y cuando ya casi estoy a punto de finalizar el diseño del plan de evacuación hacia el norte de mi familia en España, llega la NASA y dice que naranjas de la China, Mr. Gore, que el planeta no sólo no se calienta si no que se enfría, y tanto, que en sólo 20 años estaremos viviendo una nueva era glaciar. Dos décadas dejan poco margen de operación, señores míos, al menos el Gore, como es demócrata, nos dejaba más tiempo para actuar. Y qué se pone una durante una era glaciar, vamos a ver, porque yo lo único que sé de estas cosas es lo aprendido en la película ICE AGE y según esta cinta en las eras glaciares hace mucho pero que mucho frío. Viviendo como yo en en país en donde llevar pieles es arriesgarte a que te echen un cubo de pintura roja por la cabeza y te señalen con el dedo por la calle como asesina en serie, me van a decir ustedes señores míos de la Santísima NASA qué voy comprando para mi vestuario-urgencia-era-glaciar.
Pero no, lo qu emás me preocupa de todo es mi hija y toda esta generación de jóvenes que nunca sabrán lo que es una primavera, un otoño, un invierno o un verano como Dios manda, y sólo sabrán de tsunamis y glaciares y todas esas cosas raras que antes nosotros sólo veíamos en películas de ciencia ficción, históricas o la enciclopedia Espasa.
Cuando yo era joven, estas cosas no pasaban. Vamos a ver: el verano era verano y hacía calor y uno podía ir a la playa y untarse de Nivea por los cuatro costados y ponerse rojo, y posteriormente aplicarse las rodajas de tomate que te ponían morena. En otoño caían las hojas de los castaños y era difícil subir en coche al pueblo de mi abuela porque patinabas en cada curva, pero mi padre pisaba el acelerador en plan Alonso y siempre conseguíamos subir aunque el pueblo atufara dos horas a caucho quemado. En invierno nevaba mucho y lo recibíamos casi con el San Martín, para luego disfrutar de chorizo, jamón y morcilla toda la temporada, que venía muy bien a la hora de subir a esquiar a Pajares, donde se te congelaba la nariz por menos de nada y tenías que forrarte a vino caliente si querías superar la tarde. Y la primavera...ay la primavera que yo creo que es la estación que más le favorece a mi tierra asturiana. La primavera era una explosión de flores y colores y olores y los primeros rayos de sol y mucha lluvia...y en el colegio cantábamos eso de "con flores a María" y los niños en edad de merecer a Dios hacían la primera comunión y se comían corderos a la estaca...
Bueno pues esto ya no es así. A uno le puede caer la gran nevada o granizada en pleno agosto o bien un día de 25 grados en febrero. Y esto descoloca mucho, la verdad. No sólo por todas esas razones maravillosas que apunta el Al Gore, tan honorable y nobelado él, que tendrá toda la razón del mundo en apuntarlas, si no porque una ya no sabe a qué atenerse. A este paso tendremos que salir cada día de casa con una mochila de emergencias cargada con paraguas, manta, termo, bañador, crema bronceadora, abanico, agua...).
Lo que más me joroba de todo, a mí mujer previsora que gusta de estar preparada para cualquier devenir, es que los ciéntificos tampoco parece ponerse de acuerdo. Al Gore dice que el planeta se está calentando, que las temperaturas irán subiendo cada vez más y más, y que crecerán las palmeras en Noruega y esas cosas. Pues yo ya haciéndome ilusiones: qué bien, por fin tendremos en Holanda 300 días de sol y no este tiempo de ranas. Y me pongo a hacer nuevos planes y ya no me voy a comprar una casa en España, para qué si no va a haber agua y todo será un desierto y las temperaturas subirán por encima de los 50 grados. Y cuando ya casi estoy a punto de finalizar el diseño del plan de evacuación hacia el norte de mi familia en España, llega la NASA y dice que naranjas de la China, Mr. Gore, que el planeta no sólo no se calienta si no que se enfría, y tanto, que en sólo 20 años estaremos viviendo una nueva era glaciar. Dos décadas dejan poco margen de operación, señores míos, al menos el Gore, como es demócrata, nos dejaba más tiempo para actuar. Y qué se pone una durante una era glaciar, vamos a ver, porque yo lo único que sé de estas cosas es lo aprendido en la película ICE AGE y según esta cinta en las eras glaciares hace mucho pero que mucho frío. Viviendo como yo en en país en donde llevar pieles es arriesgarte a que te echen un cubo de pintura roja por la cabeza y te señalen con el dedo por la calle como asesina en serie, me van a decir ustedes señores míos de la Santísima NASA qué voy comprando para mi vestuario-urgencia-era-glaciar.
Pero no, lo qu emás me preocupa de todo es mi hija y toda esta generación de jóvenes que nunca sabrán lo que es una primavera, un otoño, un invierno o un verano como Dios manda, y sólo sabrán de tsunamis y glaciares y todas esas cosas raras que antes nosotros sólo veíamos en películas de ciencia ficción, históricas o la enciclopedia Espasa.
dinsdag 15 januari 2008
El sitio de mi recreo
Me dice Ale que escriba, que monte otro blog, que siga derramando letras por ahí como si me sobraran...Pues lo prometido es deuda...aquí abro otro blog que espero que no se bloquee ni se me olvide la contraseña para entrar, o me quede sin tiempo para escribir cosas, o lo que es peor, me quede sin ideas para llenarlo...
Comienzo el 2008 con nuevo blog y un sinfín de buenas intenciones y por primera vez creo que soy capaz de cumplirlas todas si me las propongo, ya que el pasado año comencé diciendo que sería el año que iba a dejar de fumar y lo he conseguido. Claro que el 7 siempre ha sido mi número de la suerte y el ocho...del ocho no sé qué decir, sólo que rima con bizcocho y eso es terrible porque mi principal propósito para este año es adelgazar unos cuantos, unos muchos (hablemos con propiedad) kilos...
A escribir se ha dicho!
Comienzo el 2008 con nuevo blog y un sinfín de buenas intenciones y por primera vez creo que soy capaz de cumplirlas todas si me las propongo, ya que el pasado año comencé diciendo que sería el año que iba a dejar de fumar y lo he conseguido. Claro que el 7 siempre ha sido mi número de la suerte y el ocho...del ocho no sé qué decir, sólo que rima con bizcocho y eso es terrible porque mi principal propósito para este año es adelgazar unos cuantos, unos muchos (hablemos con propiedad) kilos...
A escribir se ha dicho!
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